Ayer fue uno de esos días… Esos días en los que no te apetece, no puedes y no quieres hacer nada. Aunque tengas mil trescientas cuarenta y nueve cosas por hacer (ni una más ni una menos) te da igual. No haces nada porque no. Porque no quieres. ¡Que no! ¡Que no te da la gana! Mandas a tu Pepito grillo lo más lejos que puedes y dejas a tu cuerpo morir en paz tirado en algún rincón de tu casa. Esos días en los que tus pintas son más propias de un vagabundo o las de aquí nuestra amiga Penny. Esos días tan maravillosos.
A mi personalmente me apasiona estar hasta que me duele la vida delante del ordenador y cuando ya no puedo más, apagarlo y tirarme en la cama con el portátil. Que si, que así duele la espalda, la cabeza, la vista, … ¡Me da igual! Mato a mi cuerpo como quiero. Cómo sea un día en el que me sobra energía igual me desplazo al sofá a jugar a la PS3, ¡que estoy mu’ loca!
Es un plan que si, que al cuerpo no le sienta demasiado bien, pero y lo desconectada de todo que está la mente, ¿qué? ¡La vida! ¡Da la vida! Probadlo. Seriously. Y no vale viendo series. Que yo no veo series en ordenador prácticamente nunca, me he aburguesado en ese aspecto. Ya un día os aburro con eso.
¿Y tu cómo te dejas morir esos días? :D
¡Otro día más bitter kas! (qué graciosa soy)